¿Quién es Jesús?
Secreto y revelación
El
evangelio de San Marcos puede ser analizado en dos grandes partes que
denominaremos: Secreto Mesiánico y Revelación del Secreto. Esta división la
podríamos realizar tomando la siguiente referencia:
Mc 8,
27-30
“Salió Jesús con sus discípulos hacia los pueblos de
Cesarea de Filipo, y por el camino les preguntó: ¿Quién dice la gente que
soy yo? Ellos respondieron: algunos dicen que eres Juan Bautista, otros que
Elías o alguno de os profetas. Entonces Jesús les preguntó: ¿y ustedes, ¿quién dicen
que soy yo? Pedro le contestó: Tu eres el Mesías. Pero Jesús les dijo con
firmeza que no conversaran sobre él”.
En este texto podemos resumir la
temática denominada el secreto mesiánico. Como se puede observar el tema está
relacionado con la identidad de Jesús. A lo largo de los capítulos del 1 al 8
del evangelio de San Marcos se pone de manifiesto la intriga que genera Jesús
con sus contemporáneos. Por ejemplo la
gente se admira porque “hablaba como quien tiene
autoridad y no como los maestros de
la Ley” (Mc 1, 22). Incluso las personas
se preguntaban si la enseñanza de Jesús no era una “nueva doctrina” (Cf. Mc
1, 27).
“Yo sé tú eres el
Santo de Dios” (Mc 1, 24)
Estas palabras son
las que le dirige un Demonio a Jesús. Este personaje no puede revelar la
identidad de Jesús, quién le ordena callar y abandonar al hombre que poseía.
Los demonios o espíritus impuros obedecen a Jesús porque conocen su poder.
Los
enemigos de Jesús dicen que él realiza sus milagros con el poder del propio
demonio. Esto demuestra claramente que no conocen a Jesús. Para explicar que es
en el nombre de Dios que él realiza sus obras Jesús realiza el siguiente
razonamiento: “¿cómo puede Satanás echar a Satanás? Si una nación está con
luchas internas, esa nación no podrá mantenerse en pie. De igual modo, si
Satanás lucha contra sí mismo y está dividido, no puede subsistir, y pronto llegará
su fin”. (Mc 3, 23-27).
¿Quién es éste que
hasta el viento y el mar le obedecen? Mc 4, 41
En este
sentido podemos ver que los demonios temen al poder que Jesús en
persona representa. ¿En qué consiste tal poder? ¿De qué modo San Marcos lo
expone? Cuando se menciona el poder debemos pensar en alguien capaz
de gobernar. Los israelitas contemporáneos de Jesús esperaban que Jesús tuviera
el poder de echar a los romanos que invadían su país. Sin embargo, Jesús da a entender
que su poder es muy distinto del que ellos imaginan. Veamos algunos ejemplos.“Poder para perdonar pecados” Mc 2, 10
En el
relato de Mc 2, 1-12 se presenta una interesante escena. Jesús enseña en su
casa y unas personas llevan a un amigo paralítico en una camilla. Ellos esperan
que Jesús cure su enfermedad. De tanta gente que había no podían acercarse a
Jesús por la entrada principal. Suben al techo, lo rompen y con unas sogas
hacen descender al enfermo para dejarlo frente a Jesús.
Todas las
personas esperan “el milagro”. Sin embargo, Jesús solo dice “se te perdonan tus pecados”. Estas
palabras no hacen que el paralítico camine. La gente estupefacta empieza a
preguntarse en su interior quién se cree Jesús que perdona los pecados. Solo
Dios los perdona.
Jesús
conoce lo que piensan. Entonces declara “ahora
sabrán que el hijo del hombre tiene en la tierra poder para perdonar pecados”
y a continuación añadió: “levántate,
toma tu camilla y vete a tu casa”. Recién en este momento el paralítico
queda curado de su enfermedad.
De todo el
relato podemos concluir. Que el poder de realizar milagros no es más importante
que el poder de perdonar los pecados. La misión de Cristo es curara a los
hombres de la verdadera enfermedad: el
pecado.
La
siguiente cita justifica nuestra conclusión:
En síntesis
De acuerdo
con lo mencionado hasta aquí podemos recapitular los siguientes elementos
particulares del tema “el secreto mesiánico”.
En primer
lugar se trata de conocer la persona de Jesús. En los primeros ocho capítulos
de San Marcos resuena en muchas ocasiones que la gente se pregunta ¿Quién es éste? Queda muy claro que
toda acción de Jesús llama mucho la atención. Jesús genera una intriga
grandísima en sus contemporáneos.
Ahora bien,
a pesar de las intrigas Jesús realiza
acciones muy concretas de su propia identidad. Por ejemplo, expulsa demonios,
perdona los pecados, calma la tempestad. En este sentido Jesús va preparando
“el terreno” para darase a conocer abiertamente, poco a poco, en la segunda
mitad del Evangelio.
Revelación del Secreto
Mc 2,
15-17
“Jesús estuvo comiendo en la casa de Leví, y algunos
cobradores de impuestos, y pecadores estaban sentados a la mesa con Jesús y
sus discípulos; en realidad eran un buen número. Pero también seguían a
Jesús maestros dela Ley del grupo de los fariseos, y, al verlo sentado a la
misma mesa con pecadores y cobradores de impuestos, dijeron a los
discípulos: ¿qué es esto? ¡Está comiendo con publicanos y pecadores!. Jesús
lo oyó y les dijo: no es la gente
sana la que necesita médico, sino los enfermos. No he venido a llamar a
justos, sino a pecadores".
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Verdadero hombre y Verdadero Dios
Las
intrigas sobre la identidad de Jesús van alcanzando su máxima expresión. En la
primera parte de este trabajo habíamos señalado la cita que nos permitía hacer
un división en el Evangelio según San Marcos, es decir, Mc 8, 27-30.
Jesús
interroga a sus discípulos más cercanos qué dice acerca de él. Las respuestas
son muy variadas. En este diálogo, podemos colocarnos nosotros como
participantes activos del mismo. Nos preguntamos: ¿Quién es Jesús? Las
respuestas que podamos dar cada uno serán también muy variadas. Dependerán de
la experiencia, del conocimiento cada uno haya adquirido sobre Jesús.
No
obstante, la variedad de respuestas que podamos dar cada uno de nosotros
debemos mantener algunos puntos bien claros. Veamos cuáles son. En primer
lugar, Jesús de Nazareth es una persona histórica. Las fuentes históricas han
confirmado su existencia. Para citar a una de ellas podemos nombrar al historiador Josefo Flavio, contemporáneo de Jesús.
En segundo
lugar, Jesús fue reconocido por los Israelitas como un verdadero Mesías.
Esperaban que él los liberara de la opresión romana. Esta perspectiva se la
puede observar en todos los evangelios sinópticos
En tercer
lugar, tenemos que tratar de entender que Jesús es verdadero hombre y verdadero
Dios. En esta sección intentaremos dar una explicación de cómo es que podemos
hacer tal afirmación.
Hijo de Dios – Hijo del hombre
En la lectura
del evangelio podemos notar los títulos “Hijo de Dios e Hijo del hombre”. Jesús
en muchas de las ocasiones en las que se refiere a sí mismo utiliza el título hijo del hombre. Sin embargo, la
introducción del evangelio nos presenta a Jesús cómo hijo de Dios. Entonces nos preguntamos qué significan estos
títulos; por qué estas diferencias.
El título hijo de Dios tiene sus raíces en el
Antiguo Testamento. Los reyes de Israel eran denominados como hijo de Dios debido a su predilección
para realizar dicha función. Sin embargo en el evangelio podemos ver que este
título adquiere un nuevo significado.
Podemos
observar cuatro momentos en los cuales se hace referencia a Jesús como Hijo de
Dios: a) Introducción al evangelio
b) En el bautismo de Jesús. Se da una situación particular.
Desde el cielo una voz declara: «Tú eres mi Hijo, el Amado, mi
Elegido.»
c) En la
transfiguración se da la misma situación particular y la voz del cielo declara:
«Este es mi Hijo, el Amado, escúchenlo.»
d) Por
último, en la crucifixión de Jesús, el soldado romano que se encuentra a los
pies de la cruz exclama: “en verdad este
era Hijo de Dios”
El hecho de
que la Voz del cielo proclame “este es mi hijo” da a entender que el Padre
revela la naturaleza divina de Jesús. De esta manera podemos asegurar que Jesús
es Verdadero Hombre, debido a que nace de María, sufre, se alegra e incluso
muere como hombre. No obstante, creemos que Jesús es, además, Verdadero Dios,
es decir, tiene la misma naturaleza divina de Dios-Padre.
Podemos
reconocer la naturaleza humana de Jesús cuando se muestran sus sentimientos:
siente hambre, cansancio, se enoja, se ríe, llora, etc. Por otro lado, podemos
reconocer la naturaleza divina de Jesús debido a lo planteado anteriormente. No
obstante, es importante el testimonio que reciben los apóstoles de parte del
Espíritu Santo.
Pasión Muerte y Resurrección.
Los tres
últimos capítulos de evangelio de Marcos nos relatan el misterio más grande de
la fe cristiana. Se trata de la Pasión, muerte y resurrección de Jesús. Este
acontecimiento se debe entender como un acontecimiento histórico, pero además
como un dogma de fe. A continuación intentaremos explicarlo.
Acontecimiento
histórico
Afirmamos
que se trata de un acontecimiento histórico porque Jesús de Nazareth existió
realmente en un contexto histórico determinado. En este sentido podemos leer el
evangelio según San Lucas y veremos cómo este evangelista coloca la historia de
Jesús en el contexto de la historia universal. En esta
cita notamos que Lucas coloca la historia de Jesús en el contexto de la
historia de mundo bajo el imperio romano.
Acontecimiento de fe
Afirmamos que la resurrección de
Jesús es un acontecimiento de fe porque creemos que Jesús está vivo en el
cielo. No podemos pensar en pruebas como si se tratara de un hecho de la
física. Tenemos su testimonio y el testimonio de miles de personas que
cambiaron sus vidas debido al “encuentro personal con Jesús”.
¿Podemos
afirmar que la tumba vacía de Jesús es una prueba fehaciente de su
resurrección? No podemos hacer tal afirmación. Sin embargo, podemos decir que
la “tumba vacía” es la esperanza de la resurrección. Además es el testimonio de
las personas que se encontrado con Jesús personalmente. Los católicos creemos que Jesús está presente en los pobres,
en los sacramentos, en el cura que consagra los sacramentos y en las personas
que creen en él.
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