martes, 24 de marzo de 2020

Memoria, Verdad y Jusiticia


Tres conceptos éticos que en la historia argentina han tenido “un capítulo” muy importante.
El 24 de marzo de 1976, fecha conmemorativa de la último golpe cívico-militar, fue también un punto de inflexión para la ciudadanía argentina. Ella se manifestará, firmemente, contra una injusticia proveniente del Estado. En otras palabras, el “nunca más” significa no queremos Desaparecido, no queremos “secuestros, torturas y asesinatos”. Construyamos una Argentina libre, soberana, en favor de los derechos de las personas. La educación en la Memoria, la Verdad y la Justicia es el camino y no una mera utopía.

El camino no es una meta futura sino una actualidad que nos desafía. Las Sagradas Escrituras son, sin dudas, las raíces más apropiadas para comprender el significado de esta Triada (Memoria, Verdad y Justicia). Por este motivo, quiero proponerles una reseña sobre el significado bíblico que tienen estos conceptos tan queridos por los argentinos y argentinas.

La realizaré en tres entregas, una por cada concepto


La Memoria

Hacer memoria es también hacer actual un acontecimiento fundante. En el Antiguo Testamento (A.T), puede verse con dos categorías: Alianza y Promesa. Dios celebra Alianzas con el hombre, recordemos entre ellas con Noé, Abraham, Moisés. En líneas generales y siguiendo la tradición de la Iglesia, las Alianzas que Dios celebra con los hombres son para protección de los hombres que se ven débiles frente diversas amenazas. Cabe notar que no se trata de pactos humanos, en los cuales hay dos responsables y si uno no cumple con su parte el otro se ve liberado de su obligación. Mas bien se trata de una iniciativa divina de la cual Dios es el único garante.

Dios no se olvida de su Alianza, es incluso original, como el escritor sagrado ha representado en el “arco iris” un signo para que Dios no se olvide del pacto celebrado con Noé. Pero, por otra parte, el hombre que ha visto, en tiempos pasados, como Dios ha sido fiel a sus promesas, dando una descendencia a Abraham, liberando al pueblo de la esclavitud, entre otros eventos, él mismo le recuerda a Dios sus proezas. La memoria del hombre sobre las proezas de Dios son también esperanzas para los acontecimientos presentes.

De acuerdo con lo afirmado, las Promesas de Dios no son un futuro incierto porque la Memoria actualiza lo ya hecho. En otras palabras, y contextualizando en el pueblo hebreo, la promesa del mesías, es “un hecho en la espera”, porque la Memoria del patriarca Moisés es una garantía de que Dios no se olvida de su Promesa.

Los cristianos vivimos en esta tensión con el futuro. “La vuelta de Cristo”, no es una pregunta, más bien, una certeza concreta en el sacramento de la Eucaristía. Por su parte, la memoria litúrgica, nos introduce en el misterio de un acontecimiento pleno de Divinidad. Nuestra humanidad se diviniza en la unión sacramental con Cristo. En tanto, cristianos, somos la actualidad del Misterio que nos envuelve, nos hace partícipes y nos trasciende.

Hasta aquí la primera reflexión sobre la Memoria. Te invito compartir en los comentarios tus propias ideas.

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