Tres conceptos éticos que en la historia
argentina han tenido “un capítulo” muy importante.
El 24 de marzo de 1976, fecha conmemorativa
de la último golpe cívico-militar, fue también un punto de inflexión para la
ciudadanía argentina. Ella se manifestará, firmemente, contra una injusticia
proveniente del Estado. En otras palabras, el “nunca más” significa no queremos
Desaparecido, no queremos “secuestros, torturas y asesinatos”. Construyamos una
Argentina libre, soberana, en favor de los derechos de las personas. La
educación en la Memoria, la Verdad y la Justicia es el camino y no una mera
utopía.
El camino no es una meta futura sino una
actualidad que nos desafía. Las Sagradas Escrituras son, sin dudas, las raíces más
apropiadas para comprender el significado de esta Triada (Memoria, Verdad y
Justicia). Por este motivo, quiero proponerles una reseña sobre el significado bíblico que tienen estos conceptos tan queridos por los argentinos y argentinas.
La realizaré en tres
entregas, una por cada concepto
La Memoria
Hacer memoria es también hacer actual un
acontecimiento fundante. En el Antiguo Testamento (A.T), puede verse con dos categorías:
Alianza y Promesa. Dios celebra Alianzas con el hombre, recordemos entre ellas
con Noé, Abraham, Moisés. En líneas generales y siguiendo la tradición de la
Iglesia, las Alianzas que Dios celebra con los hombres son para protección de
los hombres que se ven débiles frente diversas amenazas. Cabe notar que no se
trata de pactos humanos, en los cuales hay dos responsables y si uno no cumple
con su parte el otro se ve liberado de su obligación. Mas bien se trata de una
iniciativa divina de la cual Dios es el único garante.
Dios no se olvida de su Alianza, es incluso
original, como el escritor sagrado ha representado en el “arco iris” un signo
para que Dios no se olvide del pacto celebrado con Noé. Pero, por otra parte,
el hombre que ha visto, en tiempos pasados, como Dios ha sido fiel a sus promesas,
dando una descendencia a Abraham, liberando al pueblo de la esclavitud, entre
otros eventos, él mismo le recuerda a Dios sus proezas. La memoria del hombre
sobre las proezas de Dios son también esperanzas para los acontecimientos
presentes.
De acuerdo con lo afirmado, las Promesas de
Dios no son un futuro incierto porque la Memoria actualiza lo ya hecho. En
otras palabras, y contextualizando en el pueblo hebreo, la promesa del mesías,
es “un hecho en la espera”, porque la Memoria del patriarca Moisés es una
garantía de que Dios no se olvida de su Promesa.
Los cristianos vivimos en esta tensión con
el futuro. “La vuelta de Cristo”, no es una pregunta, más bien, una certeza concreta
en el sacramento de la Eucaristía. Por su parte, la memoria litúrgica, nos introduce
en el misterio de un acontecimiento pleno de Divinidad. Nuestra humanidad se diviniza
en la unión sacramental con Cristo. En tanto, cristianos, somos la actualidad
del Misterio que nos envuelve, nos hace partícipes y nos trasciende.
Hasta aquí la primera reflexión sobre la
Memoria. Te invito compartir en los comentarios tus propias ideas.
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